La masacre acaecida en el tranquilo Oslo no ha sido una repetición de aquel otro horror, al revés – ya no son los judíos las víctimas, sino la inspiración del terror contra los nos judíos- ya que Israel amplía sus guerras no sólo a los puertos griegos y los aeropuertos franceses, sino a los campos para jóvenes de Noruega, con la bendición rabínica para los asesinos, dice Eric Walberg
Noruega se encuentra en estado de shock después de que el pasado 22 de julio un coche bomba en Oslo matase a siete personas, seguido después por una matanza de 69 jóvenes del Partido Laborista en la Isla Utoya. En este acto terrorista, la peor masacre en la historia moderna de Noruega, representa proporcionalmente una mayor pérdida entre sus cinco millones de habitantes que el número de muertos durante los sucesos del 11 de septiembre en Estados Unidos. En las noticias iniciales que aparecieron en el New York Times, Wall Street Journal, The Guardian y otros, atribuyeron el ataque a islamistas (resentidos por la democracia noruega, etc), “un grupo terrorista, la yihad de Ansar al-Jihad al-Alami o los Helpers of the Global Jihad”.
Esto lo aseguró el Dr. Wlliam McCants, un “analista del terrorismo de la CNA, un Instituto de investigación sobre el terrorismo”, y autor de un blog que hace de perro guardián del terrorismo: http://jihadica.com/. La CNA está demasiado oculta como para que se encuentre en la red, y el experto McCants enseguida se retrajo de su afirmación inicial. ¿Confesó más tarde el New York Times que pudieran no ser la yihad (sin mencionar a la CNA), pero que pudiera haber detrás organizaciones mucho más siniestras?
Quizás CNA sea un error tipográfico, ya que la salida de McCants es la respuesta típica de la CIA, que apunta al “enemigo” de siempre, y debió trabajar con ahínco para dominar la cobertura informativa inicial sobre la masacre. McCants enseguida sacó la vena antimusulmana, haciendo notar que el autor de la misma, Anders Behring Breivik, admira a Al Qaeda: “Como los guerreros de la yihad así son los frutos de la Ummah, serán el ciruelo para Europa y para el cristianismo”, palabras que por lo visto había escrito Breivik. Hay que dar las gracias que el mundo tenga a la CIA y a McCants para crear y promocionar a Al Qaeda, cosa que no parece desconcertar al entusiasta profesor del terrorismo. Aún no siendo Al Qaeda culpable, todavía lo es.
Breivik es un sionista, un cristiano impostor, un francmasón, un “mártir” y un “miembro de la resistencia” en la guerra civil contra la “alianza marxista e islamista” que asola Europa, según un documento, bastante aburrido, de 1500 páginas destinado a los “Caballeros de Temple de Europa”, disponible en Internet.
Describe a los miembros del Partido Laborista de Noruega como “traidores”, colaboradores desde la Segunda Guerra Mundial en el proceso de “multiculturalismo e islamización” y la crítica hacia Israel, de acuerdo con las recientes declaraciones de su abogado, Alan Dershowitz de Harvard, tachando al Gobierno noruego de “Colaboracionista”. Breivik aboga por ataques terroristas contra las mezquitas, sobre todo durante los periodos festivos de los musulmanes, buscando provocar disturbios y una reacción contraria. El mes santo del Ramadán comienza el 1 de agosto.
Breivik personifica la nueva derecha europea, que es tan fanáticamente pro israelí como antimusulmana. Breivik hasta aprueba un Califato musulmán, siempre que esté en Oriente Medio. Algo similar pretendía Hitler, empujar a los judíos de Europa para que formasen su propio Estado judío en Palestina, produciéndose una colaboración del Sionismo con los nazis en los años 1930. Pero el neonazismo de Europa tiene la característica alarmante de ser projudío, y expresa el deseo de no librar a Europa de los judíos, sino de los musulmanes. Si en este proceso mueren millones de personas, será el precio a pagar por la pureza de Europa.
¿Cómo se ha producido esta misteriosa transformación del fascismo -hay que apuntar que los judíos son sus aliados contra los musulmanes- ? Es una combinación de dos factores que se han estado incubando desde el período posterior a la Segunda Guerra Mundial.
Los orígenes de la islamofobia en Europa se encuentran en el odio sentido por muchos europeos hacia otros europeos, por ejemplo el pueblo judío de Europa. En el período anterior a la Segunda Guerra Mundial se temía una conspiración judía para derribar la sociedad cristiana. En el período posterior al Holocausto, se ha fijado el odio en los inmigrantes musulmanes, incluso por partidos que han sido tradicionalmente antijudíos, como el Frente nacional de Le Pen, el Partido Nacional Británico y el propio Partido del Progreso de Noruega, que ahora es Sionista y racista al mismo tiempo.
Con la formación de un Estado judío lejos de Europa, muchos judíos europeos emigraron, debido a la inquietud de sentirse extranjeros, aunque momentáneamente había disminuido el rencor contra ellos. Los judíos que se quedaron en Europa habían perdido su antiguo estatus, dueños de medios de comunicación, actores y magnates industriales, y no es que pasen desapercibidos ni vivan en guetos en las grandes ciudades. El Cristianismo no aceptó al Judaísmo como un honrado antepasado suyo, sino como una amenaza o herejía que les quería quitar prosélitos. De 1950 a 1960 se produjo un florecimiento europeo sin que judíos ni musulmanes estuvieran en el punto de mira.
La nueva cultura “judeo-cristiana” de Occidente (un concepto rechazado por los eruditos serios cristianos y judíos) forma supuestamente una familia feliz. Aunque el Islam y el Cristianismo tengan mucho más en común, el rescate de millones de judíos de las manos de los nazis creó un enlace cultural entre estas dos antiguas religiones hostiles. El Estado judío de Palestina se ha creado sobre muchos muertos musulmanes, siendo el inicio de una alianza entre Judaísmo y Cristianismo contra el Islam, una supuesta guerra de culturas, pero arraigada en la conquista imperial judía de Palestina y la hegemonía cultural “judeo-cristiana” en Occidente.
Pero una vez que la población de Europa comenzó a envejecer, había necesidad de mano de obra barata y se importaron inmigrantes musulmanes, que son primos cercanos de los cristianos, pero que mantienen tradiciones precapitalistas. Por ejemplo, las mujeres musulmanas tienden a llevar velo, y las comunidades de creyentes necesitan nuevas mezquitas con sus minaretes. Mientras que estas diferencias apenas suponen una amenaza, los musulmanes no pasan desapercibidos, pero a veces se convierten en cabezas de turco de los problemas económicos a los que se enfrenta Europa – las elites cristiana y judía utilizan las crisis bancarias y del neoliberalismo para reducir los niveles de vida.
Con el Imperio luchando para sometes el Islam, su principal rival después del colapso del Comunismo, la Islamofobia como el anticomunismo se han desenfrenado. Intolerantes tales como Geert Wilders de Holanda trabajan para formar una Alianza por la Libertad Internacional de toda Europa, incluso también de Estados Unidos y Canadá; un “Islamofobistán Atlanticista”, según el analista Pepe Escobar. Considerando que los musulmanes representan menos del 2% de la población de Estados Unidos y Canadá, resulta algo surrealista plantear una Islamofobia sin musulmanes.
Los musulmanes, en efecto, suponen una amenaza tanto para los Cristianos Sionistas, como Breivik, como para los Judíos Sionistas, que promueven la ocupación total de Palestina por Israel. Pero para los demás, la verdadera amenaza en el Sionismo e Israel. La inspiración que está detrás del terrible atentado de Breivik es en primer lugar Israel, donde la Biblia dice que los judíos debían regresar para esperar el fin de los tiempos. Breivik dice: “El tiempo ha hecho que se deje ese estúpido apoyo a los palestinos... y comenzar a apoyar a nuestros allegados culturales – Israel”.
Sus asesinatos hasta tienen una especie de bendición rabínica. En 2009, el Rabino Yitzhak Shapiro, asentado en Yitzhar, asentamiento ilegal de Cisjordania, publicó The King’s Torah, que aprueba la matanza de bebés y niños si suponen una amenaza para la nación. “Está permitido matar a los Justos entre las Naciones (N. del T.: es un título honorífico utilizado por el Estado de Israel para describir a los no-Judíos que arriesgaron sus vidas durante la el Holocausto por salvar Judíos de exterminio por el nazismo) aunque no sean los responsables de una amenaza”, escribió el Rabino. Por analogía, así Breivik mata a noruegos inocentes, sean musulmanes o no, si suponen una amenaza para su visión de una Noruega pura. Escribe el exisraelí Gilad Atzmon: “Breivik trató a su compatriotas del mismo modo como el IDF (Fuerzas de Defensa de Israel) trata a los palestinos.”
Breivik sin duda aprobó la masacre del 2009 de Israel en Gaza, una acción que coincide con sus proyectos de atentar contra los noruegos de la misma manera. Seguramente que era consciente de que Israel debe luchar contra un movimiento europeo en la retaguardia, el BDS, Boicot, Desinversión y Sanciones, lo que llevó a Israel – sólo unos días antes de la tragedia- a aprobar una ley “herem” (Prohibición), amenazando con demandar a cualquiera que boicotee sus productos.
El movimiento BDS de Europa está, de hecho, encabezado por Noruega. Dos días antes de la masacre de Breivik, el tabloide de Dagbladet citó de forma repetida al líder del movimiento juvenil del Partido Laborista, Eskil Pedersen, diciendo que “cree que ha llegado el momento para tomar medidas más drásticas contra Israel, y que el Ministerio de Asuntos Exteriores debiera imponer un boicot económica contra el país”.
Dos días antes de la masacre, Joseph Kelin, se quejó en Dershowitz’s FrontPageMag.com de “los colaboracionistas de Noruega... Noruega está ocupada por izquierdistas antisistema y por musulmanes radicales, y parece sentirse complacida en ayudar a la destrucción del Estado judío de Israel”.
Breivik en un comunicado en document.no, dirigido por el prosionista judío Hans Rustad, advierte contra la islamización, la violencia, y otros problemas sociales, que Rustad relaciona con la inmigración musulmana. Según Atzmon, muchos blogs europeos se centran en estas cuestiones: “el problema del Islam y en los emigrantes musulmanes, exponiendo de forma despiadada el orden propagandístico del Sionismo”.
Stephan Kramer, Secretario General del Consejo Central de los Judíos de Alemania rechazó la inclinación proisraelí de Breivik, que dijo era sólo superficial, ocultando su racismo inherente. El Presidente estadounidense Barack Obama rechazó que la tragedia fuera una cuestión doméstica. El Primer Ministro israelí Benjamín Netanyahu giró la cabeza ante la tragedia y dijo que Israel se “identifica completamente” con el sufrimiento.
Los compatriotas de Netanyahu en el blog en hebreo rotter.net eran más honestos: “Los criminales de Oslo lo pagaron.. Sería estúpido no desear la muerte de aquellos que llaman al boicot contra Israel.... ¿No habrá que gritarlo? Venga, los Judíos no somos cristianos. En la religión judía no hay ninguna obligación de amar o afligirse por el enemigo”.
No yendo tan lejos, el periodista de Ynet Manfred Gerstenfeld, se queja de la “obsesión” de Noruega hacia Israel, a diferencia, por ejemplo, de Rusia. Exhortó a los noruegos a aprender cómo “Israel reacciona ante tales acontecimientos.. Cómo defenderse contra (el terror) es una cuestión que casi se dibuja entre las referencias a los precedentes de Israel”, dijo con orgullo.
Pero la actividad criminal de Israel fue una fuente de inspiración para el asesino. ¿ Y por qué deberíamos obsesionarnos por la seguridad de Israel, si hace de nuestras vidas un infierno, de modo que sigue perpetrando sus delitos de forma impune?
Breivik alardea que forma parte de una red de Caballeros Cruzados establecidos en Londres en 2002, con células por toda Europa, algo claramente inspirado por Israel. Es urgente que las Agencias de Inteligencia Occidentales investiguen a estos obreros sionistas e israelíes antes de que nos metan en una nueva campaña de terror.